Enfrentar una enfermedad terminal es un desafío que afecta no solo el cuerpo, sino también la mente y las emociones. La psicología aplicada a pacientes terminales tiene como objetivo brindar apoyo emocional, ayudar a gestionar el estrés y la ansiedad, y mejorar la calidad de vida durante este proceso.
El acompañamiento psicológico no busca cambiar la realidad de la enfermedad, sino proporcionar herramientas que permitan al paciente enfrentar los momentos difíciles con mayor calma y aceptación. La atención se centra en escuchar, comprender emociones y ofrecer estrategias que ayuden a sobrellevar miedos, tristeza o frustración.
Entre los principales beneficios de la intervención psicológica destacan:
- Reducción del estrés y la ansiedad. Técnicas de relajación, respiración y mindfulness ayudan a disminuir la tensión emocional.
- Apoyo en la toma de decisiones. Facilita que el paciente participe activamente en su cuidado y tratamiento.
- Mejora del bienestar emocional. Se fortalecen la autoestima, la resiliencia y la percepción de control sobre su situación.
- Acompañamiento a la familia. Los familiares reciben orientación sobre cómo apoyar al paciente y manejar sus propias emociones.
- Prevención de síntomas depresivos. La intervención temprana ayuda a evitar estados de depresión o aislamiento social.
La psicología en cuidados paliativos se combina con otros servicios de salud, como atención médica integral, nutrición o rehabilitación, para ofrecer un enfoque completo que atienda cuerpo, mente y emociones. Esto permite que el paciente viva con dignidad y tranquilidad, incluso en etapas avanzadas de la enfermedad.
En Quito, contar con profesionales en cuidado psicológico garantiza que los pacientes reciban atención adaptada a sus necesidades individuales, promoviendo un acompañamiento respetuoso, cercano y compasivo.
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